Para ti, mamá

Te admiramos profundamente. No solo porque has hecho todo por nosotras, sino por quién eres tú, más allá de ser “mamá”.
Querida mamá:
Nos cuesta encontrar las palabras exactas para decirte todo lo que sentimos. A veces, en la prisa del día a día, dejamos pasar momentos sin expresarte lo mucho que significas para nosotras. Pero hoy queremos hacer una pausa, respirar hondo, y escribirte con el corazón en la mano.
Gracias, mamá.
Gracias por cada vez que tuviste miedo pero no lo mostraste, por cada noche que pasaste dando vueltas en tu cabeza mientras nosotras dormíamos tranquilas, por cada comida que preparaste aun cuando estabas cansada, por cada abrazo que nos diste sin que te lo pidiéramos, y por cada: “tú puedes”, cuando dudamos de nosotras mismas.
Te admiramos profundamente. No solo porque has hecho todo por nosotras, sino por quién eres tú, más allá de ser “mamá”. Eres fuerte, inteligente, creativa, trabajadora, generosa, sensible… y cada día aprendemos algo al verte ser tú misma, sin poner máscaras, enseñándonos a ser auténticas. Muchas veces, sin darnos cuenta, te hemos imitado: tus gestos, tus frases, tu manera de mirar el mundo. Porque cuando una hija admira a su mamá, se le queda grabado todo.
Queremos decirte que vemos todo el esfuerzo. Que aunque no siempre te lo decimos, lo notamos y lo valoramos. Que cada vez que nos has sostenido, nos has ayudado también a sostenernos a nosotras mismas. Eres la voz que resuena en nuestras decisiones.
También queremos pedirte perdón. Perdón por cuando fuimos duras contigo, por cuando no te entendimos, por cuando no vimos tu cansancio o tu dolor. Crecer nos ha hecho darnos cuenta de que tú también estás creciendo todo el tiempo, aprendiendo, cayendo, levantándote. Y eso nos inspira.
Eres nuestra primera maestra de amor. La que nos enseñó a cuidar, a escuchar, a tener paciencia. La que nos enseñó a soñar y a luchar por lo que queremos. Y si hoy somos mujeres que sueñan, que se esfuerzan, que enfrentan el mundo con valor, es en gran parte gracias a ti.
Queremos que sepas que estamos orgullosas de ti. Orgullosas de todo lo que has logrado, de lo que has superado, de la mujer que eres. Porque antes de ser nuestra mamá, eres una mujer con historia, con sueños, con batallas.
En un mundo que muchas veces exige demasiado de las mujeres, tú has sido nuestro primer refugio y nuestro primer faro. Y ojalá también podamos ser ese lugar seguro para ti cuando lo necesites. Queremos que sepas que también puedes recargarte en nosotras. Que no tienes que cargar con todo sola. Que mereces descanso, alegría, libertad.
Gracias por no rendirte. Gracias por mostrarnos que no hay una sola forma de ser mamá, que se puede criar desde la ternura, pero también desde la fuerza. Que se puede enseñar sin imponer, corregir sin lastimar, acompañar sin controlar.
Te amamos, mamá. Y hoy, más que nunca, queremos decírtelo con todas sus letras. Con amor eterno,
Las hijas, que te miran con ojos de amor y orgullo.
