El cine que nunca fue para nosotras

¿Por qué yo sí tengo que hacer el esfuerzo de entender El Padrino, pero ellos no hacen el esfuerzo de entender Barbie, Lady Bird o Booksmart?
Antes no tenía la costumbre de ver las películas clásicas que todo mundo veía, porque evidentemente antes de los 18 esas películas ni siquiera se podían ver. Tipo El Padrino, Taxi Driver, Goodfellas, Fight Club, Pulp Fiction, Kill Bill. En mi casa nunca se acostumbró ese tipo de cine, y creo que lo agradezco, porque me gusta mucho más verlas ahora con una nueva visión, con mi cerebro ya desarrollado, con nuevos conocimientos de cine y sin miedo a que la gente me critique o me juzgue por decir que sus amadas películas clásicas —claro que son buenas— no son lo único que existe con respecto al cine.
Están hechas por hombres, para hombres, con problemas de hombres y crisis de identidad que siempre terminan en redención gracias a una mujer o simplemente aceptando su lado oscuro. O también, películas llenas de sexualización como Kill Bill, que claro, cinematográficamente es muy buena, y se agradece que existan propuestas distintas que rompieron moldes. Pero como quienes las veían, escribían y analizaban eran (en su mayoría) hombres, nunca se cuestionaron las historias ni los estereotipos que presentaban. Lo que se esperaba de las mujeres era que fueran sensuales o sumisas. Kill Bill intenta romper con eso, pero lo hace de una forma completamente sexualizada. Es la primera vez que una mujer es la heroína, pero se la pasan sexualizándola constantemente.
Claro que sé reconocer cuando una película es buena y está bien hecha, pero el hecho de que yo no conecte con ella no me hace menos cinéfila, simplemente tengo otros referentes.
¿Por qué hablo de esto ahora?Ayer vi por primera vez Taxi Driver y, más allá de la cinematografía y de la actuación de Robert De Niro, me pareció bastante aburrida, honestamente. Y sí, seguro miles de mamadores del cine van a querer atacarme, decir que no la entendí, que me falta conocimiento “porque soy mujer” o cualquier tontería así. Pero lo que yo no entiendo es por qué yo tengo que entender y alabar esas películas que son adoradas por todos los cinéfilos del mundo, pero ellos nunca pueden aceptar que el cine hecho para mujeres es bueno.
¿Por qué yo sí tengo que hacer el esfuerzo de entender El Padrino, pero ellos no hacen el esfuerzo de entender Barbie, Lady Bird o Booksmart?¿Por qué esas películas son “solo para mujeres” y las otras son “cine” en general?¿Por qué en las escuelas de cine las películas que se enseñan son esas, y casi nunca se incluyen películas dirigidas por mujeres o sobre problemas de mujeres?
Yo agradezco que en la universidad tuve una maestra que sí se esforzaba en mostrar otro tipo de cine. Ella nos puso Are You There God? It’s Me, Margaret, sobre una niña que atraviesa la pubertad y todo lo que eso implica. Era espectacular y te hacía sentir miles de emociones. Pero ¿por qué eso es algo nuevo? Les aseguro que a la mayoría de los cinéfilos eso no les preocupa. Les importa más repetir que El Padrino es “la mejor película del mundo” y ponerla en todas las clases posibles de cine que haya. De hecho, creo que fue de las películas más mencionadas mientras estudié mi minor de cine.
Y esto es un problema, porque si no viene desde la enseñanza, nunca va a cambiar. Hay que empezar a enseñar películas como Past Lives, Lady Bird o Anatomy of a Fall, una gran película que te tiene al borde todo el tiempo, escrita, dirigida y protagonizada por una mujer. Fue sobresaliente, pero como no está hecha por Scorsese o Coppola, no fue tratada como un clásico instantáneo ni tuvo el mismo ruido mediático que esas producciones.
Y no solo pasa con el cine para cinéfilos. También ocurre con el cine más comercial, como las películas de superhéroes. A Capitana Marvel la destrozaron, la llamaron fracaso, y la mayoría de las críticas eran simplemente por tener una mujer protagonista o por tener un humor más dirigido a mujeres. En cambio, Ant-Man, especialmente la última, que es una película horrorosa, nunca es juzgada tan duramente. Si mañana regresa Ant-Man, nadie cuestiona su fracaso. Pero si se anuncia algo nuevo de Capitana Marvel, es automáticamente “lo peor que le ha pasado al cine”, según muchos hombres.
Y no se trata de decir que el cine hecho por mujeres es mejor, o que el hecho de que esté dirigido por un hombre lo hace malo. Se trata de entender que hay cine para todos, y que eso no lo hace menos cine. Que el género, tanto del contenido como de quien lo crea, no debería definir su valor.
